Las lenguas perdidas y la carrera por decodificarlas

A lo largo de la historia, innumerables idiomas y sistemas de escritura han desaparecido, llevándose consigo mundos enteros de cultura, sabiduría e historia humana.

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Hoy en día, los académicos compiten por descifrar lenguas perdidas, reuniendo fragmentos de voces antiguas y reavivando civilizaciones desaparecidas.

Este esfuerzo no es sólo arqueología; es un viaje a través de cómo el pensamiento, la memoria y la identidad humana persisten o desaparecen con el tiempo.

El misterio de las escrituras no descifradas

Algunas escrituras antiguas desafían la interpretación a pesar de siglos de estudio. La escritura del valle del Indo, las inscripciones protoelamitas y los jeroglíficos cretenses permanecen sin descifrar debido a las limitadas muestras de texto, la ausencia de textos bilingües conocidos y la ausencia de hablantes supervivientes.

Los eruditos a menudo clasifican dichas escrituras en tres tipos: escritura desconocida utilizada para una lengua conocida, escritura conocida utilizada para una lengua desconocida, o escritura e idioma desconocidos.

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Esta complejidad convierte cada nueva tablilla o fragmento en un nuevo rompecabezas de decodificación de contexto, simbolismo y estructura.

Este rompecabezas se complica aún más al considerar la distancia cultural entre el presente y el pasado. Sin saber cómo pensaba la gente, qué valoraba o cómo estructuraba su vida cotidiana, interpretar sus símbolos escritos se vuelve especulativo.

Incluso el propósito de la escritura —ya sea religioso, administrativo o poético— puede resultar difícil de descifrar. Aun así, cada nuevo artefacto desenterrado ofrece a los expertos una pista más para reconstruir este antiguo rompecabezas lingüístico.

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Avances con herramientas estadísticas y de inteligencia artificial

Los recientes avances en aprendizaje automático ofrecen nuevas esperanzas para descifrar idiomas perdidos hace mucho tiempo. Investigadores del MIT desarrollaron un sistema de IA capaz de descifrar idiomas perdidos, sin necesidad de un idioma estrechamente relacionado, mediante el análisis de patrones estructurales.

Utilizando redes neuronales, estos sistemas identifican cambios fonémicos, correspondencias estadísticas y patrones de grafemas, que imitan cómo los lingüistas podrían decodificar textos manualmente, pero a una velocidad exponencialmente mayor.

Estas herramientas no funcionan de forma aislada. Se basan en vastos conjuntos de datos de lenguas conocidas y combinan la teoría lingüística con la capacidad computacional. En algunos casos, la IA ha sugerido vínculos previamente no considerados entre lenguas perdidas y conocidas, ofreciendo nuevas hipótesis para que los lingüistas las exploren.

Si bien no son infalibles, estos sistemas reducen el ensayo y error de la decodificación humana y generan pistas creíbles para que los expertos investiguen.

Esta colaboración entre la tecnología y la intuición humana marca un punto de inflexión en este campo. En lugar de pasar décadas analizando un puñado de inscripciones, los investigadores ahora pueden probar miles de posibles traducciones en cuestión de días, acelerando el progreso como nunca antes.

Casos famosos: Voynich, Etruscos y más allá

Entre las lenguas perdidas, destaca el Manuscrito Voynich. Datado a principios del siglo XV, este códice ricamente ilustrado está escrito en «voynichés», una escritura aún no descifrada cuyo origen sigue siendo controvertido.

Los análisis estadísticos muestran que refleja estructuras lingüísticas naturales en lugar de símbolos aleatorios, mientras que los esfuerzos de inteligencia artificial han sugerido vínculos con el hebreo o el turco, pero no existe consenso.

El etrusco es otro caso en el que conocemos la escritura, pero no el idioma. Con solo 12.000 inscripciones disponibles y sin textos bilingües similares a la Piedra de Rosetta, el progreso es lento. Sin embargo, se están utilizando nuevos conjuntos de datos y corpus, como el corpus de Larth, con modelos de traducción de IA para buscar patrones.

Estas herramientas han ayudado a reclasificar ciertos glifos, refinar interpretaciones e incluso dar pistas sobre estructuras sintácticas.

Otros casos fascinantes incluyen el Rongorongo de la Isla de Pascua y la escritura lineal A de los minoicos, ambos aún sin descifrar. Cada texto, ya sea en corteza, arcilla o piedra, brinda la esperanza de que un nuevo avance esté al alcance.

Redescubriendo las lenguas vivas “perdidas”

No todas las lenguas perdidas son reliquias antiguas. Algunas son lenguas modernas que se han desvanecido en el silencio en pocas generaciones.

Las lenguas granandamanesas, incluido el «bo» (dialecto akabo), se extinguieron en 2010. En Perú, el hibito-cholón estuvo a punto de desaparecer hasta que se encontró un solo recordador en 2021. Estos redescubrimientos subrayan la urgencia de la preservación de las lenguas.

Los esfuerzos para documentar y revitalizar estas lenguas en peligro de extinción involucran grabaciones de audio, léxicos escritos e incluso programas de enseñanza dirigidos por la comunidad.

Estos proyectos no sólo preservan el vocabulario sino que también capturan la cosmovisión incrustada en el lenguaje: cómo una comunidad define el tiempo, el espacio, las relaciones y la naturaleza.

Para algunos, el resurgimiento se convierte en un renacimiento cultural, que restaura el orgullo y la identidad en las generaciones futuras.

Organizaciones como la UNESCO y el Proyecto de Lenguas en Peligro apoyan estas misiones a nivel mundial. Al tratar las lenguas en peligro con la misma reverencia que las escrituras antiguas, reconocemos el patrimonio vivo de la diversidad lingüística que aún está a nuestro alcance proteger.

Por qué son importantes las lenguas perdidas

Recuperar una lengua perdida es más que descifrar un código: es recuperar la identidad humana a gran escala. Las escrituras antiguas preservan el mito, los sistemas legales, la medicina, la poesía y la cosmovisión. Cada frase reconstruida enriquece nuestra comprensión de cómo vivían y pensaban las personas del pasado, ofreciendo paralelismos y contrastes con la vida moderna.

Incluso las inscripciones parcialmente descifradas pueden reformular narrativas históricas, desafiar suposiciones y resaltar conexiones culturales entre continentes.

Por ejemplo, decodificar documentos comerciales puede revelar vínculos económicos entre civilizaciones que antes se creían aisladas.

Los textos religiosos pueden arrojar luz sobre los sistemas de creencias que influyeron en el pensamiento moderno. Su impacto potencial en la antropología, la historia y la filosofía es inmenso.

Las herramientas modernas no reemplazan la investigación tradicional, sino que la enriquecen. La IA y los modelos estadísticos complementan la epigrafía, el trabajo de campo y la interpretación cultural.

Juntos, crean un enfoque multidisciplinario que da vida a los guiones silenciosos y fomenta una comprensión más profunda e inclusiva de la civilización humana.

Preguntas frecuentes: Idiomas perdidos decodificados

¿Qué hace que una lengua se “pierda”?
Una lengua se considera perdida cuando no tiene hablantes vivos, carece de registros completos y se resiste a la traducción. Algunas lenguas también se consideran perdidas cuando su sistema de escritura no se ha descifrado, incluso si existen restos de la forma hablada.

¿Pueden realmente las computadoras ayudar a decodificar idiomas?
Sí. Los sistemas de aprendizaje automático, como el modelo del MIT, pueden descubrir patrones y cognados, ofreciendo nuevos caminos para el desciframiento mediante el análisis de similitudes estadísticas entre textos e idiomas.

¿Cuál es el caso más misterioso?
El Manuscrito Voynich sigue siendo el documento no descifrado más enigmático de Europa, con más de 240 páginas escritas en un código desconocido que desafía la clasificación lingüística tradicional.

¿Se están recuperando algunas lenguas perdidas?
Algunos esfuerzos de revitalización tienen éxito, especialmente para las lenguas en peligro de extinción. El redescubrimiento de quienes recuerdan los dialectos hibito-cholón y granandamanés muestra cómo incluso lenguas casi extintas pueden resurgir.

¿Por qué invertir en decodificar lenguas muertas?
Cada idioma es una ventana a la creatividad humana, la cosmovisión y la estructura social. El redescubrimiento enriquece la cultura, transforma la historia y preserva el patrimonio global para las generaciones futuras.